La escuela no puede quedarse al margen del desarrollo tecnológico; la sociedad avanza en una dirección y la educación no puede obviar este hecho.
La escuela progresa cuando el alumno se convierte en el protagonista de su propio conocimiento. No debemos pensar que el proceso del uso de las nuevas tecnologías en el aula acaba en el momento en que se pone a disposición de cada alumno un ordenador, sino que es en ese momento cuando comienza dicho proceso.
No es cuestión de decir ahora si la educación tendrá más calidad por usar las Nuevas Tecnologías, ni menos calidad por no usarlas; pero si es verdad que la educación con las nuevas tecnologías es más rica en recursos, aunque el resultado habrá que analizarlo a medio plazo y no ahora que acabamos de empezar.
